domingo, 21 de octubre de 2007

Las cartas sobre la mesa

Entiendo que el tiempo apremia y que debo tomar una decisión cuanto antes, pero es que no es fácil. Qué tal que me decido por la política y termino siendo un político mediocre, hipócrita e insensible; qué tal que incluso llego a ser presidente de un país... esa posibilidad me aterra.

Qué tal que solo decido ser un médico, de esos que se llenan los bolsillos con el dinero de los que menos tienen y estafan a los ricos inventándoles enfermedades para costear sus viajes por el mundo. Podría ser que me convirtiera en un cirujano que solo transforma sueños en pesadillas.

Tal vez no debería ser tan ambicioso y elegir ser profesor, de esos que les importa menos que nada el que un grupo salga adelante, que solo se aparece por las aulas para cumplir con una rutina que le permita ganarse un pago quincena a quincena y al final de su carrera hasta ser reconocido por todas las generaciones a las que les mutiló las ideas.

Quizá podría ser periodista, de esos que caminan por la vida fácil y que transmiten lo que desde arriba les dictan. Eso suena aburrido, pero podría ser mejor que terminar a la orilla de cualquier desierto encerrado en un tambo con doscientos litros de combustible quemando mis inquietudes, mis perspicacias.

Sabía que la elección sería difícil, pero no imaginé que tanto. Definitivamente no estoy preparado para este examen. Somos muchos los que hoy nos presentamos a la prueba y aunque casi todos tenemos la misma duda, la mayoría ha entregado su hoja en blanco y pasado al siguiente nivel.

Yo no creo estar prepadado, no quiero tener un viaje corto y terminar en un lugar oscuro, con frío y hambre. Me rehuso a vivir en una coladera esperando a que algún animal me entregue la redención que todos buscan como medio para dejar de sufrir.

Ya lo decidí, yo no voy a participar en este juego de mentiras, no me voy a dejar arrastrar por el sistema, hasta aquí llegué, me marcho sin tocar mis cartas, sin ver mi juego...

“Esta tarde se anunció que Su Alteza perdió en el alumbramiento al bebé que esperaba. Los médicos no pudiron explicar lo ocurrido”.

Iván Carrillo

Con cariño para Carlitos, que decidió jugar aún cuando nos vio en sus cartas.

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