viernes, 22 de febrero de 2008

Me cuelgo tu sonrisa…

Miguel G. Galicia

UNO

Cada que salgo de casa me cuelgo tu sonrisa y la presumo al mundo que me recibe con sus fauces negras. Miro los mismos cuerpos todos los días. Mientras me dirijo a mi destino mastico en mi mente el brilloso color aceituna de tus ojos. Enjuago mi mal humor en el recuerdo de tu aliento fresco, y sé que te quedó un ligero aroma de verga recién chupada. Humecto mis labios con tus lágrimas saladas. Sonrío como un idiota, eso me has dicho entre copa y copa, la gente me mira pasar y me gritan loco. Siempre que puedo pulo con esmero tu sonrisa que llevo como colguije de buena suerte, la beso y lamo sus bordes luminosos. Escucho mi corazón y renuevo la sensación de trotar en tu lomo de Diosa. Ya te dije que te amo, no me estés chingando. He reforzado infinidad de veces que te amo, te amo, te amo, te amo. Ahora te lo repito mil veces teoma, teoma, teoma… quién te entiende, querías que lo repitiera diferente…

Siempre lo he dicho no hay nada mejor para revitalizar el cuerpo y sacudir el alma que coger temprano, y más cuando lo haces con una muerta, tan deliciosa como tú.

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