lunes, 27 de agosto de 2007

Última llamada

Hacía más de dos meses que estábamos separados y luego de mucho platicar, decidimos darnos otra oportunidad. Pasamos una semana en la búsqueda del sitio ideal para olvidarnos de todos los problemas y compartir las cosas que alguna vez nos hicieron sentirnos el uno para el otro.

Elegimos un lugar de descanso a las afueras de la ciudad para refugiarnos y reanimar lo nuestro. Estábamos a punto de llegar a la última caseta de pago cuando de pronto sonó su celular. “Entiendo, nos vemos en la casa”, dijo ella y luego me miró con la resignación de un desahuciado. “Tenemos que volver, se canceló el vuelo de mi marido”.

Iván Carrillo

viernes, 24 de agosto de 2007

A mano...

El golpe tuvo un efecto inmediato, el ojo salió expedido de la cuenca. El rojo intenso de los trozos de carne escurrió deformándole la cara ya de por sí irreconocible.

Golpeó hasta destrozar sus manos. Ja, estamos a mano, pensó en voz alta, no tienes rostro, no tengo manos.

Miguel G. Galicia

jueves, 9 de agosto de 2007

Un ángel me tiró

Perdí a un ángel
Quizás nunca fue para mí
Quizás, sólo quizás
Lo encontré sentado en la calle fumando un gallo
Sabía que era un ángel
Son los únicos que ven a los ojos
Me tomó del tobillo y exhaló largo y profundo
Era un ángel hermoso, de ojos grandes
Labios carnosos, pequeños pechos…
Era una diosa fumando un porro, que me hizo el amor
Esa tarde-noche un ángel me amó
Esa noche-madrugada un ángel me cogió
Por la mañana, al estirarse frente a la ventana
La tomé de la cintura y pregunté por qué te vas

Porque sólo vine a darte amor… Y voló.

PABLO ROMO MOLINA

Cambiar de nombre es muy fácil…

Surco la madrugada que nace apenas con toda su pureza. Escucho pasos detrás mío. Dos mujeres me siguen desde que salí, vienen juntas. Son gemelas. Atravesaré en poco tiempo el puente, pero es largo, muy largo. Mi pulso galopa desenfrenado. ¡¿Dios mío qué es eso?!,¡ayúdame con un carajo! ¿No acabo de regalar dinero a tus fieles?

Ya alcanzo a ver el canal del desagüe; aliviado, aprieto el paso. A medio camino descubro que las mujeres me esperan del otro lado del puente, paso sin ver esas muecas monstruosas, cruzan sus manos, se besan. ¿Cómo llegaron allí antes que yo?...

Corro enloquecido. Cada que volteo las veo reducirse hasta llegar al tamaño de muñecas. Ya sin aliento, cuando creo haberlas dejado atrás giro la cara sin poderlo evitar, corren, vienen, llegan.

Me detengo un segundo al pie del torreón, tomo aliento y siento crujir mi cabeza.

Cuando despierto la gente ya no me recuerda en ninguna parte; me han cambiado el nombre, ahora me llaman Loco…

Miguel G. Galicia

miércoles, 1 de agosto de 2007

Degeneración en generación

Me reproduzco intentando lavar las culpas de mi padre con mis hijos. De niño tuve tantos hermanos como barrios la ciudad y como tales, nunca los conocí a todos.

Ahora trato de enmendar el camino, pero mis fantasmas me lo impiden y cuatro divorcios no me dejan ver la luz. Lo sé... soy un bastardo.

Iván Carrillo